Hoy, miércoles, pero no un miércoles cualquiera, es Miércoles Santo. Hoy sería el día en el que el Señor de la Humildad y María Santísima de la Compasión desfilaran por las calles de Luque.
Las cuatro esquinas abarrotada, esperando que nuestros pasos salgan a la calle. Llegas a la plaza, que está llena de gente, esperando ver el prendimiento. Ya lo han vendido, hay que coger la calle Santa María abajo. Llegamos a la calle los Álamos, se levanta un aire que pela, cuesta sostener la cruz de guía. Ya en el patín, con gente fuera y dentro del patinillo. Y llegamos al reloj, ya va camino de su casa, ¡despacio! grita el capataz. Ya de vuelta en las cuatro esquinas toca recogerte hasta otro año más.
Trabajo realizado por Javier con la ayuda de su mamá y de su tía.
Pero este año no va a ser posible, no procesionarás por las calles, pero sí lo estás haciendo en nuestros corazones. La humildad es una virtud que posee el ser humano en reconocer sus habilidades, cualidades y capacidades, y las aprovecha para obrar en bien de los demás. Y en los tiempos que estamos viviendo, sabemos que nuestros profesionales sanitarios, que están en primera línea de batalla luchando contra el coronavirus, derrochan humildad. En estos momentos todos sentimos o hemos sentido compasión, sentimiento de tristeza que nos produce el ver la situación de España y el número de muertes a causa del Covid-19. Por eso, en estos meses, la humildad y la compasión está presente en nosotros.
¡Feliz Miércoles Santo!
Espero que os guste.
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